jueves, 6 de julio de 2023

Derrepente, apareciste.

¿Cómo sucedió?
Ni siquiera ellos lo saben

Aquella noche, la Maga-hechicera caminaba por el bosque. A la luz de la luna recogió setas y diversas hierbas para elaborar pócimas. Feliz y satisfecha con su cosecha, la mujer caminaba descalza por el sendero mientras entonaba mantras de amor.

Al paso, encontró un hombre herido. El hombre se quejaba de un dolor inmenso en el alma que no lo dejaba vivir. La mujer se detuvo y sacó varias hierbas; tomó un poco de agua y fabricó una pócima que conjuró con luz de luna para curar al hombre.

Éste dudó de su poder, pero ella le prometió que, si coolaboraba, la herida sanaría relativamente pronto. Sólo necesitaba untar el bálsamo en su pecho, para que éste llegara hasta el corazón.

El hombre accedió. La hechicera lo acomodó sobre una cama de hojas secas y, mientras untaba la pócima, le recitó un conjuro. El hombre durmió profundamente hasta la mañana siguiente, mientras ella velaba su sueño.

Cuando despertó, no tenía el mismo semblante. De hecho, sentía alivio. 

Ambos se miraron a los ojos y se reconocieron de otros tiempos, de otras vidas. Entonces, la magia surtió efecto porque desnudaron su alma para volverse uno mismo. A partir de entonces, su corazón quedó sellado para siempre, a pesar de las distancias.


Marielle GTZ.


 



sábado, 15 de abril de 2023

 Pensar en ti 


Pensar en ti es retroceder las páginas escritas del libro de mi vida

Vivir un sueño, una fantasía, algo inalcanzable


Dime: ¿Por qué te pienso? ¿Por qué te extraño? 

¿Por qué derramo lágrimas aún?

¿Por qué? ... 


Pensar en ti, es recordar la intensidad de los amores imposibles

Pensar en ti, es despertar las emociones reprimidas por la conciencia de la distancia

        ...Buscar la pasión en el cajón de la melancolía 


Pienso en ti y los recuerdos le devuelven la vida a mi deteriorada memoria:

trato de ver tus ojos, perderme en tu aroma, escuchar tu voz, ser una contigo...


Después de los años ¿Qué me queda? Sólo recordarte... 

¿Qué será de ti? 

De tus ojos tristes, de tus labios tiernos y tu piel tersa... De tu alma hermosa.


¡Infame cupido! 

niño caprichoso  y juguetón, que rompe corazones y desgarra almas...


Así la mía, por revivirte.

                Te amo por siempre.







lunes, 12 de noviembre de 2018

La rosa y el colibrí

Para Armando.

Cuenta la leyenda que existió un chamán que cada mes de octubre caminaba por el desierto en busca del gran espíritu. Para invocarlo, era necesario hacer un ritual de alta magia el día de luna llena y comer peyote. Por más esfuerzos que hizo, el ritual de luna llena no surtió efecto y el gran espíritu no se apareció. 

Al alba, el chamán tomó sus cosas y caminó y caminó por días. De mala gana, cansado y con cierta frustración, se echó a descansar bajo unas peñas. Derrepente miró una luz extraña que salía de un pequeño nicho en lo alto de una montaña cercana. 

Cuando llegó al lugar, descubrió que había una rosa, la más bella que haya visto jamás y la única que estaba viva en medio del desierto. Siendo viejo y habiendo visto tantas rosas, el chamán se aferró a poseerla a cualquier precio. Diariamente le llevaba agua, acariciaba sus delicados pétalos y revisaba que no tuviera maltratadas las hojas; pero a pesar del cuidado que tenía al tocarla, siempre terminaba con las manos lastimadas, pues las espinas del tallo eran abundantes y fuertes.

Pasó el tiempo y el espíritu de la flor se comunicó con él a través de un sueño. Estaba agradecida por todas las atenciones que había recibido, pero también apenada por los pinchazos que le había provocado. Éste le confesó lo maravillado que estaba con ella, pues jamás había visto flor tan hermosa, de tan grato aroma y presencia.

No habiendo más opción, la flor tuvo que confesar que en realidad era una princesa y su nombre era Xochiquetzal  o "bella flor". Estaba ahí desde hacía muchísimo tiempo, cuando otro chamán, celoso del amor que ella profesaba a un guerrero, en un ataque de ira y sintiéndose desdeñado, lanzó un hechizo y la convirtió en flor. Al haberse enterado de lo acontecido, el prometido de Xochiquetzal, encolerizó y mató al chamán. Las últimas palabras del viejo sirvieron para convertir al guerrero en un avecilla diminuta e inquieta: un "colibrí", quien tenía la consigna de cuidar de la flor hasta el fin de los tiempos.

Diariamente en su pico llevaba agua, por las noches dormía a su lado y se refugiaban el uno en el otro cuando había tormentas de lluvia o arena. Siempre estaban juntos, no importaba nada.

¿Pero, cómo has llegado al nicho de esta montaña?, preguntó el chamán. La rosa contestó que una noche de la luna llena, un zopilote se había postrado en el jardín del palacio real y sin preguntar, la secuestró hasta esa montaña. El colibrí, quien dormía a su lado, siguó al ave sombría y prometió cuidarla, sin importar nada. 

¿Acaso no hay sortilegio que pueda liberarte de esa prisión? preguntó nuevamente el chamán. ¡NO! ambos estamos condenados a la eternidad en forma de rosa y ave. Lo único que nos mantiene unidos es el amor que nos profesamos y que juramos ante los dioses antes de que el viejo chamán nos lanzara esta maldición.

Y así es como el chamán comprendió que jamás poseería a la rosa y que ésta siempre estaría custodiada por una hermosa, diminuta y colorida avecilla, quien velaría por ella hasta la eternidad.

Marielle Gtz.


































viernes, 8 de abril de 2016

Licenciada "Corta y pega"

Buen Día, Licenciada. Recientemente me enteré que usted concluyó sus estudios de nivel superior. Ahora que usted es toda una profesionista, la felicito; pues ya cruzó la delgada línea entre los que están en proceso de licenciarse, los que no quisieron estudiar, los que no pudieron estudiar y aquellos que no hicieron ni el más mínimo intento. Es usted sobresaliente.
¡Caray! espero no abrumarla con mis anécdotas, pues una persona tan ocupada como usted, raras veces tiene tiempo de sobra para lecturas superfluas.
Mi abuela fue maestra rural y los últimos años de su vida laboral fue directora de la única escuela primaria de mi localidad. Educó e instruyó a varias generaciones de estudiantes. Algunos son destacados profesionistas, otros no, pero supieron valorar la calidad de la educación que se les ofreció. Fueron buenos tiempos y buenas personas, pocos cayeron en la trampa de la vida fácil que promete la delincuencia.
Mi abuelo fue un hombre de trabajo que apenas terminó el tercer grado de primaria, siempre atento, muy noble y responsable. Se dedicó a la construcción y ¡Vaya casonas que hizo! a la fecha siguen destacando por su belleza y funcionalidad. No sólo eso, ambos viejos fueron ejemplo para muchas personas y a ellos debo mucho de quien soy. Lo más importante, me enseñaron a no ser chapucera ni pasarme la vida “saludando con sombrero ajeno” y respetar lo que no es mío; pero sobre todo, a trabajar siempre de manera honesta y dedicada, con calidad.
No sé, es parte de mi personalidad ser auténtica. El costo es alto Licenciada. Eso de caminar con la frente en alto y destacar por méritos propios es una costumbre que se está perdiendo. Yo creo que es porque la chapuza está de moda: ser chapucero está de moda.
Ayúdeme a entender ¿Cómo puede sentir su conciencia tranquila sabiendo que tiene un título ganado con chapuza? A mi me daría pena, profunda pena.
Pasa que es mi costumbre hacer mis tareas con esmero, dedicar noches de desvelo leyendo libros y decenas de copias y, aunque hay días en los cuales me quejo por la cantidad de trabajo y datos, no los cambiaría por un simple cut and paste que me dé el punto de pase o incluso, me haga acreedora a un premio como el que está enmarcado en la pared de su casa.
No se ofenda, no me dé la razón. No es envidia. Me da mucha tristeza que el mercado laboral está abarrotado de personas como usted en todas jerarquías. Tal vez usted y todas aquellas personas que van por la vida con ese cinismo característico de los chapuceros no dimensionan hasta dónde impactarán. Muchos serán replicantes en las aulas y compartirán con los pupilos esas mismas costumbres e ¡Incluso con sus propios hijos!, justificándose siempre en la “modernidad”.
Sí, la modernidad, como todos le llaman, es un arma de dos filos: por un lado hace la vida cómoda y llevadera; pero por el otro, ayuda a perder algunas habilidades propias del Homo Sapiens o lo que es lo mismo, nos hace un tanto cuanto inútiles.
Licenciada, lamento informarle que personas chapuceras como usted, produce ciudadanos irresponsables e indiferentes. Personas sin el más mínimo amor, respeto y veneración al conocimiento y quienes desafortunadamente terminarán banalizando los milenarios esfuerzos por acumular conocimiento en pro de la humanidad.
No le quito más el tiempo, Señora Licenciada. Me despido de usted y nuevamente, felicidades.
Marielle Gtz.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Guanajuato

Guanajuato es, sin duda, un pueblo minero romántico, místico, lleno de leyendas; donde sus plazas han sido testigos de romances y juicios inquisitoriales a herejes. Los muros que los presenciaron, guardan aún la energía de esas almas descarnadas. A veces parece que vivo en un pueblo fantasma, donde camino entre muertos alegres y vivos muertos.

Lo mejor de esta ciudad son las caminatas nocturnas a las 3:07 am. Recuerdo que solía hacerlo con frecuencia cuando vivíamos en la zona centro, a unos minutos del Museo Iconográfico del Quijote. Es una sensación extraña: se percibe una energía, como si se elevara desde el suelo mientras la gente duerme.

Probablemente son los espíritus que salen a esa hora de entre las paredes de adobe de los viejos edificios a deambular por el Jardín, a la vieja usanza, con la esperanza de sentirse un poquito vivos.

-¡El pueblo está irreconocible! se dicen unos a otros. Antes de la inundación, de esa tremenda lluvia que cayó la noche del 5 de julio de 1905, las calles fulana y mengana no estaban así. La tienda de Doña "B" quedó sin nada, bajo el agua... ¡Licenciado Perengano! ¿ya también usted entre nosotros? ¡Ave María Purísima! cuanto muerto hay aquí... ¡Santa María, Ruega por nosotros! -recitan a coro las solteronas "F"- cuando escuchan las pláticas de las demás almas en pena:

¡Del despacho de los "J" no quedó más que la fama! ¿Qué pasaría con las joyas de Doña "R"? seguro el marido las vendió para irse con esa... ¿y las señoritas "T"? ya también a vestir santos.-

Las pláticas de los difuntos no dejan de escucharse entre los susurros del viento nocturno. Siguen siendo las mismas que escuchas cuando asistes a los rosarios en casa de las Señoras de la zona centro, esas que de la Basílica no salen más que para atender al marido y los hijos, luego regresan a su rosario vespertino; o van a la Hora Santa en San Diego y cuidan muy bien las buenas formas porque bien dicen que "Pueblo chico, infierno grande"

Así es Guanajuato, un pueblo minero, tradicionalista, donde por las noches las sombras juegan entre las farolas de la calle.










martes, 12 de noviembre de 2013

Los dioses no murieron...

Los dioses no murieron, sólo viajaron a otro plano dejando a prueba el libre albedrío de los hombres. 
Los dioses están vivos, entre nosotros y habitan en los campos, se ocultan en los matorrales. Hay quien dice que los ha visto con los primeros rayos de sol, cuando el rocío se evapora; otros los han escuchado recitar en náhuatl la sabiduría mayor e incluso los ancianos conversan con ellos sobre sus vidas pasadas. Los honran con mirra, copal y veladoras. 
Los dioses no están muertos, ahora están en la escencia de las flores, el trino de las aves, el olor de la tierra mojada, la sonrisa de los niños y los colores de la aurora.

domingo, 6 de octubre de 2013

Octubre

Para César

Todo comenzó nuevamente a partir de un sueño.

Has vuelto de entre los recuerdos difusos,
Los besos secos
Y las sábanas frías.

Volviste con más intensidad,
Con más fuerza;
Has vuelto para quedarte.

Robaste mis noches de sueño
Mis tardes de fresco y ventoso otoño
Hasta el alba nuestra de cada día.

Te llevaste mi vida en un suspiro, en un parpadear.
Tomaste mi alma sin permiso
La tatuaste con tus besos
Tus abrazos...

Me quedé con tus ojos tristes,
Con tu experiencia,
Tu calor frío.

En la inmensidad de mi soledad y desamor,
Sembraste una esperanza,
Una luz.

Eres, tal vez, un sueño.
El más sublime y húmedo de mis sueños.

La tremenda distancia es mi adversaria,
Viajaré por ti hasta encontrarte
En los confines del universo.